La invasión del acero chino en América Latina

La Asociación Alacero, que representa a la industria del acero en América Latina, dio la alarma el 20 de marzo: LATAM se encuentra envuelta en una inundación de acero chino, lo que representa una amenaza significativa para el panorama industrial de la región. En el último año, las importaciones de acero desde China han crecido un 45%, alcanzando un récord histórico. Esto ha devastado a los productores locales de acero, incapaces de mantener el ritmo de los bajos precios de China.

El problema: 'Competencia desleal de China'

En las últimas dos décadas, China ha emergido como el mayor productor de acero del mundo, incrementando su participación del 15% en 2000 a un asombroso 54% para 2023. En contraste, América Latina solo ha visto un modesto aumento del 4% en la producción desde 2000; China ha avanzado un impresionante 693%.
Según Alacero, en el origen del problema está el hecho de que la industria del acero de China se beneficia de enormes subsidios gubernamentales que le permiten vender acero a precios artificialmente bajos en el mercado global. Esto crea un campo de juego desigual para los productores latinoamericanos que luchan con estas importaciones insosteniblemente baratas.

El costo para América Latina

América Latina ahora enfrenta consecuencias graves mientras sus productores de acero luchan por competir con las exportaciones de China. Se suspenden operaciones, se han despedido a miles de trabajadores y las plantas se ven obligadas a cerrar. La escasa adhesión de China a los estándares de calidad y ambientales también plantea preocupaciones para el medio ambiente.

Un llamado a la acción: proteger la industria del acero LATAM

Alacero insta a los gobiernos locales a intervenir con medidas robustas de defensa comercial. Estas acciones son vitales, afirma la asociación, para salvaguardar los medios de vida de más de 1.4 millones de trabajadores y proteger una industria que impulsa el desarrollo socioeconómico y fomenta oportunidades de empleo de calidad. Alacero propone seguir el ejemplo de mercados importantes como Estados Unidos, Europa y México elevando aranceles a las importaciones de acero. Además, es imperativo realizar esfuerzos colaborativos y adoptar un enfoque regional unificado para mejorar la competitividad sistémica y presentar una voz más fuerte en el mercado global.

Los datos recientes confirman la gravedad de la situación. En 2023, América Latina presenció una disminución del 3.9% en la producción de acero, lo que enciende la alarma sobre la salud económica de la industria.

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En la imagen, la instalación de USIMINAS en Ipatinga, Brasil.