Pasini (Feralpi): "La sostenibilidad no me asusta, pero necesitamos las herramientas adecuadas"

En el marco de la wire & Tube 2024, tuve el placer de entrevistar a Giuseppe Pasini, Presidente de Feralpi, presente en la feria con un stand que representa a todo el grupo siderúrgico.

Era inevitable, dado que nos encontrábamos en Alemania, no hacer referencia al artículo que acababa de aparecer en Handelsblatt -un conocido diario alemán de economía y finanzas- en el que el propio Pasini criticaba el exceso de burocracia y lentitud que obstaculizan el progreso de este país.

¿Entonces, por una vez estamos mejor en Italia?

En este caso, sí. En general, existe cierta preocupación en toda Europa. Se observa una incapacidad generalizada en la economía para reaccionar a los conflictos y las dificultades del momento de manera cohesionada. Hablando de Alemania, llevo trabajando aquí más de treinta años y me entristece ver cuánto ha cambiado: es una nación estancada, incapaz de reaccionar. Si miramos, por ejemplo, al sector de la construcción, mientras que en Alemania hay una fuerte desaceleración, Italia lo está haciendo mejor y, gracias al Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), hay mucho trabajo. En cuanto a las cifras, los volúmenes están ahí.

¿Cuáles son los retos más urgentes para el sector siderúrgico europeo?

El punto más crítico que veo es la escasez de chatarra ferrosa. Si realmente queremos impulsar la descarbonización del sector, es necesario incentivar la siderurgia eléctrica. Para ello, la chatarra es un material estratégico y es fundamental mantenerla dentro de la UE; sin embargo, actualmente no es así, y del 70% de la cuota que nosotros, los europeos, exportamos, va a Turquía. Esto también corre el riesgo de aumentar los precios. Hemos insistido en estos temas también a través de Eurofer, que es nuestra asociación europea de referencia: las proyecciones basadas en las necesidades de transformación que la industria siderúrgica europea deberá afrontar de aquí al 2030-2050 nos indican que no habrá suficiente chatarra disponible para cubrir nuestras necesidades y que tendremos que importarla cuando, en cambio, la exportamos, una distorsión absurda.

¿Qué soluciones ve?

Comparto el llamamiento de Mario Draghi a actuar de forma unitaria, como Unión Europea, ya que a día de hoy falta en múltiples frentes una estrategia común a todos los países de la Unión. Necesitamos menos normas y normas menos anticuadas; tenemos que ser más reactivos. En este sentido, las elecciones europeas de junio serán importantes.

Volviendo a Feralpi por un momento, ¿toda esta presión hacia la reconversión verde no le asusta?

La sostenibilidad no me asusta, pero tenemos que tener las herramientas adecuadas para apoyarla. La siderurgia es una industria tradicionalmente impactante y energéticamente intensiva; como Feralpi estamos realizando grandes inversiones para electrificar los procesos y eliminar los combustibles fósiles de nuestra producción con iniciativas tanto en Italia, en las plantas de Lonato y Caleotto, como en Alemania, con una nueva línea de producción ultramoderna. La producción de energía renovable debe ir a la par de estas inversiones, y también en esto veo un gran retraso por parte de la Unión Europea, que al tiempo que -con razón- ha tratado de emanciparse de la dependencia del gas y del gas ruso, no ha sido capaz de aplicar una política energética compartida.

¿Y qué nos dice sobre la acería de Taranto?

Sé que el gobierno italiano está buscando actores que puedan tomar las riendas de la acería. Por mi parte, espero que Taranto vuelva a producir a niveles más altos, dada la escasez de productos planos que se observa en Italia.

Giuseppe Pasini preside Feralpi, una empresa familiar fundada por su padre Carlo en 1968. El Grupo Feralpi se encuentra entre los principales productores de acero de Europa, especializado en productos siderúrgicos para la construcción y aplicaciones especiales. Originalmente fundada en Lonato del Garda (Brescia), Feralpi tiene hoy en día una estructura ramificada e internacional, operando en 7 países con más de 1.900 empleados distribuidos en Italia, Europa y el Norte de África.

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